martes, 10 de junio de 2014

Suicidio

Era una tarde y Pedro se dirigía hacia su casa después de de un duro día de trabajo, como siempre, solo. Mientras paseaba estaba recordando los sucesos que un par de años antes habían sucedido. Ahora, Pedro, tenía 25 años y trabajaba en una empresa que se encargaba de la protección del patrimonio histórico, pero con 23 años su vida era muy distinta. Había terminado la carrera y estaba terminando un máster, vivía solo y tenía una preciosa novia, pero aquello no duraría mucho, ya que su novia lo abandono, sin avisar ni dar motivos, y él se sumió en una gran depresión. 

Aquella noche, Pedro, al terminar tan tarde de trabajar, pues estaba terminando un proyecto de extrema urgencia, decidió tomar otro camino distinto aquella noche para volver a casa, ya que iba a ir a un sitio de comida rápida. Continuaba dándole vueltas a la cabeza cuando se encontró ante una escena que jamás olvidaría. Había una chica, subida en lo alto de una azotea, dispuesta a lanzarse al vacío. Él le grito para que ella se bajase, en aquel momento no había nadie más en aquella calle, pero ella, en vez de bajarse dio un paso, precipitándose al vacío.

Desde que dio ese paso todo ocurrió sin que ninguno pudiese darse cuenta de lo que estaba pasando. Cuando ella se tiró al vacío, el tiró la mochila que llevaba, y salió corriendo, y antes de que ella tocase el suelo él consiguió parar la caída, y evitó de ese modo que ella perdiese la vida. Los dos se encontraban en el suelo, inconscientes, hasta que una pareja pasó por allí y llamo a los servicios de emergencia.

Ella se despertó a la mañana siguiente, estaba confusa, y no sabía si estaba viva o si había logrado suicidarse. Cuando el médico vino y le explicó lo ocurrido se dio cuenta de que realmente seguía viva, y comenzó a recordar todo lo que ocurrió en el momento que se tiro. Se acordó de aquel chico que le gritó para que no se tirase, y que evitó que consiguiese quitarse la vida. Entonces una gran sensación de culpa atravesó su cuerpo, y ella le preguntó al doctor por aquel chico. El doctor le contestó que aquel chico se encontraba aún inconsciente, aunque su vida no corría peligro.

Ella pidió que la llevasen a la habitación de aquel chico, pues quería saber porque había arriesgado su vida por evitar que ella se suicidase. El médico la dejó, con la condición de que fuese en silla de ruedas, pues se había partido algunos huesos, y además debería estar acompañada en todo momento por una enfermera. A los pocos minutos se encontraba en la habitación, al lado de la cama de aquel chico, que tenía algunos huesos de su cuerpo rotos, como el brazo izquierdo y su pierna derecha. Al ver aquello la chica comenzó a sentirse culpable, pues ella no quería dañar a nadie.

Tuvieron que esperar casi una hora para que Pedro despertase, en ese tiempo aquella chica, cuyo nombre era Lucía, explicó a la enfermera que ella no conocía a ese chico de nada. Lucía era una chica de 24 años, pelirroja, y tenía una piel clara, aunque en aquel momento estaba surcada por los restos de aquel acto que había intentado llevar a cabo. Cuando Pedro despertó, lo primero que vieron sus ojos fue el pelo rojizo de Lucía. Al despertar, entró el médico, avisado por la enfermera, el cual realizó unas preguntas para ver si Pedro se acordaba de todo, o si tenía lagunas, y al comprobar que se encontraba perfectamente de sus cualidades mentales lo dejó descansar.

Fue entonces cuando Lucía, ayudada por la enfermera, se acercó a la cama y se presentó a Pedro, cada vez más avergonzada, y tras presentarse los dos, Lucía le preguntó a Pedro los motivos que habían provocado que hubiese arriesgado su vida para salvarla, si ni la conocía. Pedro no le contestó con palabras, sino que le miro los ojos, mientras se quitaba la muñequera que tenía en la mano derecha, y que los médicos no le había retirado, la enfermera, al ver que estaban hablando se retiró y los dejo solos. Cuando Pedro se quitó la muñequera y Lucía observó lo que ocultaba se quedó muy parada, era una cicatriz.

Entonces Pedro comenzó a explicarle que dos años atrás, su novia, que era su único apoyo, lo había abandonado sin explicarle los motivos, y que él se sumió en una profunda depresión, de la que no podía salir, hasta que un día decidió acabar con aquel sufrimiento y se cortó la muñeca derecha para suicidarse. Pero no lo había logrado gracias a que un vecino suyo, al ver que se había dejado la puerta abierta, entró en la casa, y se lo encontró a él a punto de morir desangrado, y consiguió frenarle la herida hasta que llegaron los servicios de emergencia. Aquel vecino lo visitó todos los días que Pedro estuvo en el hospital, y le convenció de que en la vida había un montón de cosas por las que luchar, consiguiendo con el tiempo que Pedro adquiriese una autoestima que lo ayudó a conseguir los éxitos que dos años más tarde tenía.

Lucía se emociono con aquella historia, pero le dijo que realmente ella no tenía nada por lo que luchar, ni aspiraciones, ni amor, ni nada por lo que mereciese la vida luchar. Pedro le pidió que le contase algo de su vida, y ella le contó que su pasión era dibujar, pero que nadie valoraba sus dibujos, le explico que su novio le pegaba, que hacía mucho tiempo que no tenía amigos. De los ojos de Lucía comenzaron a salir lagrimas, se había derrumbado, pero sin esperárselo, una sensación de calor comenzó a recorrer su cuerpo. Pedro, al verla así, se acordó de lo que él había sufrido, lo que unido a la atracción que sintió por Lucía desde la primera vez que la vio, hizo que se incorporara, le apartase el pelo de la cara y comenzase a besarle.


Cuando retiraron sus labios ambos estuvieron un rato sin hablar, hasta que Lucía le preguntó si realmente sentía algo por ella, o por si era por pena. Entonces Pedro, la miró a los ojos, y con un tono de voz muy profundo le juro que si el destino había evitado que muriera desangrado era para poder conocerla y pasar toda la vida con ella. Después de aquellas palabras ambos se miraron y descubrieron que no sentían pena, sino amor, un amor que el destino había conseguido unir.

Twitter: https://twitter.com/klaus_escritor

No hay comentarios:

Publicar un comentario