Juan era un chico de 18 años que amaba
dos tipos de música por encima del resto, el rock y el Heavy,
disfrutaba mucho escuchando esa música, e incluso le habían hecho
una oferta para que entrase en un grupo de rock, ya que él tocaba el
bajo, pero no sabía que respuesta darle a aquel grupo, ya que tenía
miedo a que lo rechazasen.
Ese miedo que tenía no era un miedo
irracional, ya que sus amigos eran demasiado conformistas, y si te
salias de aquello que le gustaba a la mayoría te miraban como si
fueses un raro. Dado que eran unas personas que para él importaban
mucho, siempre que estaba con ellos escuchaba la música que a ellos
les gustaba, vestía como ellos querían, y hacia todo lo que hacía,
aunque el detestaba aquello. No obstante en el momento en el que no
estaba con sus amigos vestía como quería, y siempre escuchaba aquella
música que tanta felicidad le traía.
Así había pasado los últimos años
de su vida, ocultando su verdadera personalidad, como si pensará
distinto fuese malo. Un día, que sus amigos no estaban se vistió
con su camiseta negra de Nirvana, se puso los pantalones negros, se
calzó sus botas, y decidió ir a tomarse una cerveza al bar al que
normalmente iba con sus amigos. Cuando llegó se sentó solo, en una
mesa que había en la esquina, con la esperanza de que la gente no se
fijase en él. Cuando el camarero se acercó, extrañado por el
aspecto que llevaba aquel día Juan, y le pregunto si iba a tomar lo
mismo que siempre, entonces Juan le dijo que no, que aquel día no
iba a tomarse un botellín de cerveza, sino que prefería una jarra.
No tuvo que esperar mucho a que llegase
la cerveza, ya que el camarero no tardó, y nada más darle el primer
trago a la cerveza comenzó a sonarle el móvil. Eran los chicos de
aquel grupo de rock, y aún no había decidido que hacer sobre el
tema. Pensó por última vez lo que dirían sus amigos si se
enteraban de que iba a tocar en un grupo de rock, e inmediatamente
cogió el teléfono y contesto negativamente a la petición que aquel
grupo le había hecho. Pese a todo, los miembros de aquel grupo le
dijeron que si alguna vez cambiaba de opinión ellos estarían
dispuestos a darle otra oportunidad, ya que lo habían escuchado y
tocaba muy bien.
Colgó el teléfono y continuó
bebiendo cerveza, y comiendo unas patatas con salsa que le habían
traído, se había puesto los cascos y estaba escuchando un poco de
Metal Irlandés cuando notó que alguien le tocaba el hombro. Se
quedó de piedra, pues creía que eran sus amigos, aunque luego pensó
que no volverían hasta el día siguiente. Entonces se giró y vio
que quien le había tocado el hombro era Laura, la prima de aquel
camarero, y que tenía la misma edad de Juan, que lo miraba con una
cara de sorpresa y enfado. Laura era una chica por la que Juan sentía
algo más que una amistad, aunque hablasen poco. Ella se sentó junto
a él, y antes de que Juan pudiese reaccionar Laura le lanzó una
pregunta:
-Si así es como eres más feliz, ¿Por
qué cuando vienes con Marcos y los demás no vienes así vestido, ni
pides lo que hoy has pedido?- Le dijo con un tono recriminatorio,
mientras Juan intentaba asimilar aquella pregunta.
-¿Si así soy feliz?- Le preguntó
este con la esperanza de terminar pronto aquella conversación.
- Si- le contestó ella- o es que crees
que no se te nota en la cara, crees que no se nota en esa sonrisa tan
suave, que no queda tan forzada como la que tienes cuando ellos están
aquí.
- Tienes razón, Laura, hoy estoy más
feliz. -dijo hundido por la contundencia de las palabras de Laura- Pero si
normalmente no vengo así es porque no quiero que mis mejores amigos
dejen de hablarme, porque mis gustos sean raros.
Le contó entonces que había rechazado
la oferta de aquel grupo de música, y Laura cada vez estaba más
enfadada, y daba la sensación de que en cualquier momento iba a
estallar y cruzarle la cara de un guantazo a Juan, pero no fue así,
cuando no pudo más, Laura cogió de la mano a Juan, y apretándola
con fuerza le dijo unas palabras demoledoras:
-Juan, no se si te das cuenta de la
situación- le dijo ella, totalmente roja de ira- creo sinceramente
que no eres consciente de la situación. El problema que tienes no es
que tus gustos no les gusten a tus amigos, sino que tus amigos no
acepten tus gustos. Un amigo no está para imponerte una
personalidad, sino que un amigo esta para compartir su forma de ser,
y aprender de la tuya. Si ellos no te aceptan tal y como eres es que
no te merecen. Coge ahora mismo ese teléfono y acepta esa oferta, o
no te das cuenta de que ibas a tirar por la borda el sueño de tu
vida.
-Laura- dijo Juan entrecortado- yo...es
que...mis amigos...no quiero perderlos.
- Juan, si ellos no se alegran de que
hayas realizado el sueño de tu vida es que nop son tus amigos, así
que no le des más vueltas y coge y acepta esa oferta, y quizás te
lleves una grata sorpresa.
Ante la gran insistencia de Laura, Juan
tomó el teléfono y llamó a los miembros de aquel grupo, aceptando
inmediatamente la oferta que ellos le habían hecho, y les pidió
disculpas por la demora. Ellos le contestaron, muy agradecidos, ya
que desde que lo escucharon una tarde querían que se uniera a ellos.
Todo había salido bien, pensó entonces Juan, y cuando fue a darle
al botón de colgar Laura le recordó que le había prometido una
sorpresa. Ella le pidió que cerrase los ojos, y él obedeció, y
antes de que pudiese darse cuenta sintió como alguien le besaba,
entonces abrió los ojos y vio que Laura, que llevaba el mismo
colgante que él, lo estaba besando.
Tras esto, Juan le agradeció a Laura
todo lo que había hecho, y ella le contestó:
-
No me des las gracias, pues fuiste tú quien escribió: "La
música es la esencia del alma y rechazar la música que amas es
rechazar tu propia alma." - Y continuó diciéndole a Juan unas palabras que el nunca olvidaría. - Solo te voy a pedir una cosa, que nunca vuelvas a ocultarte, y que
siempre estés junto a mi.
Y
así fue como Juan comprendió que sus antiguos amigos solo eran
unos interesados, que no lo respetaban, y tras hablar con ellos
comprendió que lo mejor era no volver a verlos. Y ahora está más
feliz que nunca, pues no solo consiguió el amor de Laura, sino que
también consiguió unos amigos que de verdad le respetaban y querían
por como era.
Twitter: https://twitter.com/klaus_escritor
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