viernes, 6 de junio de 2014

Odio

Marta y Leo eran dos compañeros de clase que, en apariencia, no tenían nada que ver, y de hecho se odiaban desde que eran chicos. Eran de dos grupos muy distintos, él era un rockero que era un tanto antisocial y ella era una chica que amaba la cultura japonesa y todo lo que tenía que ver con japón, y además ella era una chica muy sociable que le gustaba relacionarse con todo el mundo.

Ahora tenían 18 años y desde hacía dos años se odiaban profundamente, por una situación que habían vivido. Cuando tenían 16 años, Marta comenzó a salir con otro chico de clase que se llamaba Andrés, y un día en clase de educación física Marta y su novio comenzaron a hablar sobre Leo y porque se comportaba de modo antisocial. Andrés dijo en voz alta, para que lo escuchase Leo, que se comportaba de modo antisocial porque jamás nadie querría estar con una persona como Leo. Al escuchar esto, Leo, se volvió y sujetándolo de la camiseta comenzó a golpearle, hasta el punto de partirle la ceja. Desde aquel momento Marta no perdonó a Leo que le partiese la ceja a su novio, pese a que cortasen dos meses después.

En esos dos años aquel odio no se disipó, e incluso se incrementó. Aquel año iban a realizar un viaje fin de estudios a Granada, y todo el mundo de la clase, incluso Leo, se apuntó. Se decidió aquel destino, dado que el año anterior habían estado en Paris, solo que en aquella ocasión dos personas no fueron, y una de ellas era Leo. Todos eligieron habitaciones de dos o tres personas, excepto Leo, que eligió una habitación individual, lo que no extrañó a nadie. Y durante los dos meses anteriores a aquel viaje estuvieron preparando todo lo que iban a hacer, y todo el mundo se extrañó de que Leo participase de modo tan activo.

Antes de que pudiesen darse cuenta había llegado mayo, y en una semana sería aquel viaje, por lo que todos estaban muy entusiasmados, y en clase había un ambiente muy agradable. Durante esa semana hubo un tema de conversación que trataron todos, incluso los profesores, en aquellos días Leo estaba muy distinto, mucho más alegre de lo normal, aunque seguía sin tener intención de abrirse al resto del mundo.

El lunes todos estaban a las puertas del instituto a las seis de la mañana, preparados para marcharse, incluido Leo. Poco después llegó el autobús y todos se montaron, tras guardar las maletas. Marta y su grupo se sentaron al final del autobús y Leo, aprovechando que hay muchos asientos vacíos se sentó solo, en la parte de alante del autobús, y se puso los cascos para escuchar la música. Llegaron pronto a Granada y comenzaron a visitar los distintos sitios. Iban a estar en Granada 5 días. Durante los tres primeros días todo fue como se esperaba, visitaron monumentos, asistieron al teatro y al cine,y por las noches todos salían, incluso Leo, pero nunca se iba con ellos, siempre iba solo.

El cuarto día después del desayuno los profesores informaron que aquel día lo iban a tener libre, para hacer lo que quisieran. Marta y sus amigas consultaron en recepción para ver si había algún parque o plaza en la que pudiesen estar y comer, y en recepción les recomendaron que fuesen al Campo del Príncipe. Así que decidieron ir a comprar algo de comer, coger alguno de los juegos que traían y subieron a aquel parque. Cuando llegaron el parque estaba casi vacío, a excepción de un chico que estaba tumbado en un banco, frente al monumento que allí había, cuando se sentaron en el suelo, para acomodarse, descubrieron que aquel joven era Leo, que no tenía comida sino que solo tenía un paquete de cervezas irlandesas.

Pasaron una buena mañana allí y a la hora de comer, cuando iban a sacar la comida que habían comprado, se acercaron tres chicos, que les dijeron que les debían dar todo su dinero o algo malo les pasaría. Ellas iban a darle el dinero cuando Marta se levantó y se negó. Entonces uno de ellos la sujetó , mientras que el otro comenzó a abofetearla. En aquel momento Leo se levantó, y quitándose las gafas de sol, que llevaba puestas todo el viaje, miró aquella escena, y de repente cruzo la mirada con la de Marta. En ese momento unas imagenes le atravesaron la mente, y entonces se levantó, se puso las gafas, saltó un pequeño muro que dividía aquel parque, y una vez que llegó a donde estaban ellas cogió a uno de los chicos y le golpeo en la nuca, dejándola KO, empujó al que abofeteó a Marta, y al que la estaba sujetando lo cogió del cuello y le partió la nariz de un puñetazo, después cogió al que había empujado y comenzó a golpearlo en el estómago. Entonces los tres se marcharon de allí todo lo rápido que pudieron, ya que el que estaba noqueado en el suelo se despertó, pero aún estaba débil.

Una vez se alejaron lo suficiente Leo se dio la vuelta y antes de poder decir nada Marta le quitó las gafas y lo besó. Al cruzarse la mirada habían descubierto que su odió no era odio, sino un amor frustrado. Entonces Leo les explicó porque era tan antisocial, él había vivido en Granada hasta los 6 años, cuando su madre murió en un accidente de tráfico, y antes de morir su madre siempre salía a jugar con ella en aquel parque. Por eso al verlas en peligro comprendió que la única manera de cerrar la herida, que había dejado la muerte de su madre, solamente podría cerrarla si dejaba la cerveza y salvaba a sus compañeras, y entre ellas, a la única chica que él había sido capaz de querer como quiso a su madre.


Desde aquel día Marta y Leo no se separaron, y convirtieron el mayor de los odios en el mayor de los amores, un amor que hizo desatar en ellos una pasión descontrolada, como pudieron comprobarlo aquella misma noche.

Twitter: https://twitter.com/klaus_escritor

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