Marta y Leo eran dos compañeros de
clase que, en apariencia, no tenían nada que ver, y de hecho se
odiaban desde que eran chicos. Eran de dos grupos muy distintos, él
era un rockero que era un tanto antisocial y ella era una chica que amaba la cultura japonesa y todo lo que tenía que ver con japón,
y además ella era una chica muy sociable que le gustaba relacionarse
con todo el mundo.
Ahora tenían 18 años y desde hacía
dos años se odiaban profundamente, por una situación que habían
vivido. Cuando tenían 16 años, Marta comenzó a salir con otro
chico de clase que se llamaba Andrés, y un día en clase de
educación física Marta y su novio comenzaron a hablar sobre Leo y
porque se comportaba de modo antisocial. Andrés dijo en voz alta,
para que lo escuchase Leo, que se comportaba de modo antisocial
porque jamás nadie querría estar con una persona como Leo. Al
escuchar esto, Leo, se volvió y sujetándolo de la camiseta comenzó
a golpearle, hasta el punto de partirle la ceja. Desde aquel momento
Marta no perdonó a Leo que le partiese la ceja a su novio, pese a
que cortasen dos meses después.
En esos dos años aquel odio no se
disipó, e incluso se incrementó. Aquel año iban a realizar un
viaje fin de estudios a Granada, y todo el mundo de la clase, incluso
Leo, se apuntó. Se decidió aquel destino, dado que el año anterior
habían estado en Paris, solo que en aquella ocasión dos personas no
fueron, y una de ellas era Leo. Todos eligieron habitaciones de dos o
tres personas, excepto Leo, que eligió una habitación individual, lo
que no extrañó a nadie. Y durante los dos meses anteriores a aquel
viaje estuvieron preparando todo lo que iban a hacer, y todo el mundo
se extrañó de que Leo participase de modo tan activo.
Antes de que pudiesen darse cuenta
había llegado mayo, y en una semana sería aquel viaje, por lo que
todos estaban muy entusiasmados, y en clase había un ambiente muy
agradable. Durante esa semana hubo un tema de conversación que
trataron todos, incluso los profesores, en aquellos días Leo estaba
muy distinto, mucho más alegre de lo normal, aunque seguía sin
tener intención de abrirse al resto del mundo.
El lunes todos estaban a las puertas
del instituto a las seis de la mañana, preparados para marcharse,
incluido Leo. Poco después llegó el autobús y todos se montaron,
tras guardar las maletas. Marta y su grupo se sentaron al final del
autobús y Leo, aprovechando que hay muchos asientos vacíos se sentó
solo, en la parte de alante del autobús, y se puso los cascos para
escuchar la música. Llegaron pronto a Granada y comenzaron a visitar
los distintos sitios. Iban a estar en Granada 5 días. Durante los
tres primeros días todo fue como se esperaba, visitaron monumentos,
asistieron al teatro y al cine,y por las noches todos salían, incluso
Leo, pero nunca se iba con ellos, siempre iba solo.
El cuarto día después del desayuno
los profesores informaron que aquel día lo iban a tener libre, para
hacer lo que quisieran. Marta y sus amigas consultaron en recepción
para ver si había algún parque o plaza en la que pudiesen estar y
comer, y en recepción les recomendaron que fuesen al Campo del
Príncipe. Así que decidieron ir a comprar algo de comer, coger
alguno de los juegos que traían y subieron a aquel parque. Cuando
llegaron el parque estaba casi vacío, a excepción de un chico que
estaba tumbado en un banco, frente al monumento que allí había,
cuando se sentaron en el suelo, para acomodarse, descubrieron que
aquel joven era Leo, que no tenía comida sino que solo tenía un
paquete de cervezas irlandesas.
Pasaron una buena mañana allí y a la
hora de comer, cuando iban a sacar la comida que habían comprado, se
acercaron tres chicos, que les dijeron que les debían dar todo su
dinero o algo malo les pasaría. Ellas iban a darle el dinero cuando
Marta se levantó y se negó. Entonces uno de ellos la sujetó ,
mientras que el otro comenzó a abofetearla. En aquel momento Leo se
levantó, y quitándose las gafas de sol, que llevaba puestas todo el
viaje, miró aquella escena, y de repente cruzo la mirada con la de
Marta. En ese momento unas imagenes le atravesaron la mente, y
entonces se levantó, se puso las gafas, saltó un pequeño muro que
dividía aquel parque, y una vez que llegó a donde estaban ellas
cogió a uno de los chicos y le golpeo en la nuca, dejándola KO,
empujó al que abofeteó a Marta, y al que la estaba sujetando lo
cogió del cuello y le partió la nariz de un puñetazo, después
cogió al que había empujado y comenzó a golpearlo en el estómago.
Entonces los tres se marcharon de allí todo lo rápido que pudieron,
ya que el que estaba noqueado en el suelo se despertó, pero aún
estaba débil.
Una vez se alejaron lo suficiente Leo
se dio la vuelta y antes de poder decir nada Marta le quitó las
gafas y lo besó. Al cruzarse la mirada habían descubierto que su
odió no era odio, sino un amor frustrado. Entonces Leo les explicó
porque era tan antisocial, él había vivido en Granada hasta los 6
años, cuando su madre murió en un accidente de tráfico, y antes de
morir su madre siempre salía a jugar con ella en aquel parque. Por
eso al verlas en peligro comprendió que la única manera de cerrar
la herida, que había dejado la muerte de su madre, solamente podría
cerrarla si dejaba la cerveza y salvaba a sus compañeras, y entre
ellas, a la única chica que él había sido capaz de querer como
quiso a su madre.
Desde aquel día Marta y Leo no se
separaron, y convirtieron el mayor de los odios en el mayor de los
amores, un amor que hizo desatar en ellos una pasión descontrolada,
como pudieron comprobarlo aquella misma noche.
Twitter: https://twitter.com/klaus_escritor
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