lunes, 3 de noviembre de 2014

RAZÓN DE VIVIR

Era una fría noche de noviembre, cuando Marcos, un chico de unos 20 años, volvía a casa tras un duro día de clase en la facultad. Llevaba unas semanas muy triste, bastante deprimido, ya que la chica que le gustaba, cuando ya le había pedido salir, lo había utilizado y lo había humillado, lo que le había dejado muy tocado, tanto que se había comenzado a plantear, muy seriamente, el suicidio.

Por el contrario, Marta, una chica de 19 años volvía muy alegre a casa después de haber pasado una buena tarde con sus mejores amigas. Iba acompañada de su amiga Laura, pero cuando quedaba una buena parte del camino de regreso, Laura tuvo que volver, ya que se había dejado la cartera en casa de su amiga, pero Marta continuó, ya que al siguiente día debía de madrugar. Caminó lo que que quedaba del camino algo más rápido, ya que era una noche bastante oscura y tenía cierto miedo de que pudieran asaltarla. Continuó su camino hasta que llegó a un parque, muy cercano a su casa, donde había un chico tumbado en el suelo, gritando de dolor.

Al ver aquello, Marta decidió acercarse para ayudar a aquel chico que se encontraba gritando de dolor. Se acercó y comprobó que había sangre en el suelo, y en la ropa del chico, sobretodo en la zona de la pierna, que aparentemente se había partido. Se agachó para mirar la pierna de aquel chico, que había perdido el conocimiento poco antes de que Marta se hubiese acercado del todo, y justo cuando iba a levantar la pierna del pantalón del chico, para ver su pierna, alguien le golpeo en la base de la cabeza, y lo último que vio antes de desmayarse fue como aquel chico que estaba inconsciente se había levantado, y la miraba riéndose.

Aquellos dos chicos estaban a punto de  llevarse a Marta, a un sitio más alejado, cuando Marcos salió desde la parte más oscura del parque, atraído por los gritos de dolor de aquel chico, y posteriormente por los de Marta. Se acercó a los dos chicos y les dijo que se marcharan, y para asustarlos (y que se largasen de aquel sitio) sacó una botella de cerveza de la mochila. Entonces los dos chicos se marcharon, no sin antes amenazar con que volverían. Entonces se acercó a Marta, la cogió y la puso sobre un banco de aquel parque. Sacó de la mochila su botella de agua (que estaba medio vacía), y un paquete de pañuelos, y curó la herida que le habían hecho a Marta cuando la dejaron inconsciente.

Marcos estuvo un rato intentando despertar a Marta, pero viendo que ella no se despertaba ni reaccionaba, cogió el móvil y llamó a una ambulancia. Tras la llamada se apagó el móvil, pues se había quedado sin batería, y decidió guardarlo en la mochila. No había terminado de guardar el móvil en el bolsillo exterior de la mochila, cuando sintió unos pasos detrás de él, se dio la vuelta y descubrió que aquellos dos chicos, que se habían ido, estaban regresando ahora con un amigo más, y llevando cadenas en las manos. Se acercaron a Marcos y le dijeron que si se iba y los dejaba solos, con Marta, no le harían nada, sino le darían una paliza hasta matarlo. Ante estas amenazas, un nuevo impulso suicida recorrió la mente de Marcos sabiendo que si lo mataban dejaría a aquella chica, y sin que ninguno de los otros tres chicos tuviesen tiempo de reaccionar, cogió la botella y se la rompió a uno de los tres que le habían amenazado.

Aquello provocó que los otros dos chicos, aferraron las cadenas con fuerza, y comenzaron a golpear con fuerza a Marcos, con estas cadenas. Él se intentó defender, y en un primer momento consiguió golpear a alguno de los chicos, y esquivar alguno de los golpes de las cadenas, pero su suerte cambió cuando el tercero de los chicos se recuperó, pues se unió a los otros tres, y entonces Marcos vio que ya no podría defenderse, y con una sonrisa en la boca, se dejó caer para morir.

Marta abrió los ojos, y justo vio como Marcos se dejaba caer, ya con algunas heridas, pero con una sonrisa, como si deseara la muerte. Marcos cayó al suelo, pero los golpes no cesaron, sino que aumentó su intensidad, y justo cuando Marta  creía que iban a matarlo apareció la policía, que pasaba por allí y acudió por el ruido de las cadenas y los gritos de dolor de Marcos.

Consiguieron detener a los tres chicos, ayudaron a Marta a levantarse, y comprobaron que Marcos aún continuaba con vida, mientras llegaba la ambulancia. No tardó en llegar la primera ambulancia, que es la que había llamado Marcos, e intentaron reanimar a Marcos, y finalmente lograron reanimarlo pero aún así decidieron llevar a ambos al hospital, para monitorizarlos. Los padres de Marta habían salido de viaje, por lo que fue Laura la que fue al hospital a estar con Marta, mientras que nadie acudió a ver a Marcos, pues sus padres habían muerto en un accidente de moto diez años antes. Pasaron allí toda la noche, y la mañana siguiente dieron el alta a Marta, pero antes de irse decidió ir a visitar a Marcos. Marcos estaba consciente y no había nadie más en la habitación, Marta pasó sola, mientras Laura esperaba en la puerta. Marta se sentó en la silla que había justo al lado de Marcos, lo miró se presentaron y le preguntó:

- ¿Por qué arriesgaste tu vida por defenderme?
- No arriesgué mi vida, es solamente que mi vida no sirve para nada, y prefería morir ya- dijo Marcos con una voz que se notaba dolorida- pena que finalmente no me mataron.
- ¿POR QUE DICES ESO?- Preguntó Marta un poco indignada- No te das cuenta de que todos tenemos una razón para vivir.
- ¿Razón para vivir?- Pregunto ironicamente Marcos- No creo que yo encuentre una razón para vivir nunca.
- Estás muy equivocado Marcos, esta es tu razón de vivir.

Justo cuando termino esa frase, se levantó, sujetó la cabeza de Marcos, y sin pensarlo dos veces lo besó. Se quedó un rato más, hablando con él, cada vez se gustaban más, y cada vez Marcos sentía menos ganas de suicidarse. No le dieron el alta a Marcos hasta pasada una semana, todos los días recibía una larga visita de Marta, que justo el día antes de que le dieran el alta a Marcos, le había pedido ser novios, a lo que este respondió afirmativamente. Como los médicos habían recomendado a Marcos que no viviese solo en un tiempo, por si ocurría algo, le pidió a Marta que se fuese a vivir con él. y ella acepto sin dudarlo.

Finalmente Marcos había encontrado su Razón de Vivir, y tenía un nombre, Marta. Marcos abandonó finalmente sus ideas sobre el suicidio se desvanecieron, y jamás volverá a intentar suicidarse, sino que únicamente luchará por su chica, aquella que le había mostrado que todo el mundo tiene un motivo más que suficiente para vivir.

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