domingo, 10 de agosto de 2014

Fantasía

María era una chica de18 años, que había sufrido mucho en su vida, pero desde hacía poco, tenía un novio que le había hecho recordar lo que es la felicidad. Todo era amor, y tener felicidad, todos los problemas que tenía con sus padres, con sus amigos, en clase habían desaparecido de pronto, y todo lo que hacía con aquel chico, su novio, solo le hacía sonreír. Lo que no sabía María, es que aquel chico tenía unos planes muy distintos a los de ella.

Una noche, iban en el coche, camino a un lejano pueblo, en una zona que María jamás había pisado, ni conocía. Su novio le dijo que a él le gustaría tener una relación más abierta, que si le gustaba otra chica pudiese estar sin ella, pero solo pasión, sin sentimientos, y aquello no le gustó a María, por lo que comenzaron a discutir ambos. Poco a poco aquella discusión se fue acalorando, hasta el punto de que aquel chico paro el coche, la insulto, la llamo guarra, puta, asquerosa, y después le pegó un guantazo y la obligo a bajar de su coche. Ella estaba asustada, con miedo, pero tenía la esperanza de que aquel chico regresara a recogerla, pues aquella zona no la conocía.

En aquel momento no sabía que hacer, y dado que estaba en una zona muy alejada, en la que no había ningún pueblo cercano, y apenas había trafico, decidió esperar en el arcén de la carretera a que su novio regresara. Aquella felicidad que había sentido con aquel chico se disipó, y todos los problemas y las preocupaciones volvieron a ella. Cuando creía que todo estaba perdido paró un coche, del que salieron dos hombres, y la levantaron del suelo, donde estaba sentada, llorando. La metieron en el coche, pero en vez de arrancar el coche, cogieron una mordaza, con intención de violarla, ella se dio cuenta y pudo huir. Corrió hasta un bosque cercano, mientras aquellos dos tipos la perseguían, para evitar que escaparan.

Corrió y corrió, pero llegó a un punto del bosque en el que no podía correr más por la espesura de los árboles. Entonces intentó esconderse entre aquella espesura, y su ropa quedo enganchada en una zarza, y ella intento moverse, pero no podía, ya que si lo hacía se dañaba. Aquellos dos tipos encontraron a María, y se dieron cuenta de que no podía moverse, uno iba adelantado, con una cuerda, y otro cerraba el paso, con la mordaza en la mano. Se iban acercando poco a poco, como si estuviesen saboreando aquel momento, mientras que María comenzaba a temblar de miedo y dolor y empezó a pegar gritos, por si había alguien en aquel lejano bosque. Cuando estaban a punto de alcanzar a María una bola de fuego salió de entre los árboles y golpeó al primero de los hombres, que cayó al suelo muerto. Entonces el segundo de los hombres que la perseguía soltó la mordaza y empezó a andar, y aquella bola de fuego lo siguió hasta alcanzarlo y matarlo.

Aquellos dos hombres que querían violarla habían muerto, pero ella continuaba temblando de miedo, pues no sabía que era aquella bola de fuego que había aparecido y había matado a aquellos hombres. La bola se fue acercando poco a poco, y mientras se acercaba, como flotando, comenzó a tener forma, hasta que María se dio cuenta de lo que era. Aquello no era una bola de fuego, sino un pájaro recubierto en llamas, un ave fénix. El fénix continuó avanzando hacía donde estaba María, y ella cada vez estaba más asustada, pero cuando faltaban unos pocos pasos, el fénix se consumió y se convirtió, como por arte de magia, en un humano.

              -No debes preocuparte, chica, todos aquellos que te perseguían para hacerte daño han caído.- dijo aquel misteriosos chico, con una voz suave y conciliadora- No temas, soy un amigo, y solo quiero ayudarte.

María accedió a que aquel chico la ayudase, él se acercó,y la liberó de las zarzas. Después le dijo que la llevaría a su casa, en el interior del bosque, para que descansase allí. Ella se percató de que aquel misterioso chico no era un hombre, sino un elfo. Aquel elfo la condujo por la espesura del bosque hasta una cueva, se adentraron, y él le dijo que pronto llegarían a su país, al país de los elfos. Ella se quedó sorprendida, y le pregunto que si era un elfo, él respondió afirmativamente, del final del túnel comenzó a entrar claridad, la claridad típica de una noche de luna llena. Y la sorpresa de María fue tremendamente mayor cuando terminó el túnel, pues vio un país que se asemejaba al paraíso de sus sueños, había unicornios, luciérnagas multicolor, y de una pequeña ciudad alborea surgían unos esquistos aromas y unos bonitos sones.

Dos águilas se acercaron y se transformaron en dos guerreros. Entonces el elfo que iba con María dio un paso y dijo:

-Soy el príncipe Logu, y esta humana viene conmigo.

Entonces aquellos guardias se alejaron. María estaba comenzando a transformar su admiración por Logu en amor, sin saber que él se había enamorado de ella desde el momento que la vio por primera vez. Ambos caminaron hasta un árbol que se encontraba más retirado, y mientras comenzaron a hablar, y María le contó todo lo que le había ocurrido.Cuando llegaron a aquel árbol Maria vio que era una casa. Entraron, y Logu le ofreció comida y bebida, mientras le contaba que él era el príncipe heredero de aquel reino. Hablaron casi hasta el amanecer, cada vez más enamorados, y entre palabras dejaron fluir la pasión, y comenzaron a besarse.


Al día siguiente se dirigieron a la casa del rey, el padre de Logu, y ambos solicitaron que Maria se quedase. El rey, enfermo y anciano, dijo que solamente podría quedarse si se transformaba en elfo, es decir si otro elfo le traspasaba su amuleto lunar. Aquello preocupo a Logu, pues si entregabas tu amuleto lunar perdías tu inmortalidad. El rey, que se había dado cuenta del amor y la pasión existente entre María y Logu, pidió que María se acercará al trono, donde él estaba sentado, y cuando ella estuvo allí le entregó su amuleto lunar, perdiendo así su inmortalidad y convirtiendo a María en elfo.  

El rey murió a los pocos días, ya que al renunciar a su amuleto lunar había renunciado a su inmortalidad, y se proclamó a Logu y a María como guardianes del mundo de los elfos. Desde entonces María y Logu surcaban los cielos, protegiendo a aquel mundo mágico de la barbarie y el caos de los humanos, él con su forma de Fénix y ella en forma de Halcón Negro.

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