Esta historia ocurrió hace ya algunos
años, y aún a día de hoy seguimos teniendo muchas preguntas sobre
todo lo que ocurrió aquella fatídica semana.
Corría el mes de julio de 2010, cuando
un grupo de amigos decidió alquilar una casa rural entre todos, para
pasar allí una semana, alejados del ajetreo de su vida. Escogieron
para irse una pequeña casa rural, que se encontraba en la serranía
entre Granada y Málaga. La semana elegida fue la última semana de
ese mes, ya que uno de ellos, Laura, se debía mudar de pueblo en la
primera semana de agosto, y estaría muy ocupada.
Este grupo estaba compuesto por 6
amigos, Laura, Marcos, Juanjo, María, Alex y Ana. Laura y Marcos
eran pareja, al igual que Juanjo y Maria, Alex, por el contrario iba
a aprovechar aquella ocasión para pedirle a Ana que fuese su novia.
Todos prepararon el dinero y sus maletas, fueron de compras para tener
comida y bebida para una semana, y consiguieron que un amigo los
llevase en su camioneta. El día antes de la partida se reunieron en
un bar de su pueblo, para ultimar los preparativos, y estando allí
se les acerco un viejecito, que les dió un libro, y les dijo que el
había sido jardinero en esa casa rural, y que aquel libro les sería
de mucha utilidad. Aquel libro no tenía titulo en la portada, lo
abrieron y descubrieron que era un diario, y decidieron que lo
leerían una vez hubiesen llegado a la casa.
A la mañana siguiente se reunieron
todos y partieron hacia la casa rural, comenzaron el camino y en
menos de dos horas habían llegado a la casa. Eran ya las 12 de la
mañana y decidieron repartirse las habitaciones, y tumbarse a tomar
unas cervezas. Aquella casa parecía impoluta, como si nadie hubiese
vivido allí, lo cual les llamó mucho la atención a aquellos
chicos. Una vez terminaron de tomar las cervezas y comieron algo
decidieron descansar y dormir, para aprovechar la noche. Por la tarde
se despertaron, se bañaron en una pequeña piscina que había, y tras
eso se sentaron a cenar. Les parecía que iba a ser una de las
mejores semanas de su vida, pero no sabían lo equivocados que
estaban.
Por la noche decidieron encender una
hoguera, salieron a buscar palos, loo reunieron en el patio, junto a
la piscina, y la encendieron. Se sentaron en el suelo, junto a
aquella pequeña hoguera, y discutieron sobre que hacer esa primera
noche, entonces Juanjo decidió que podrían leer aquel diario que
les había dado. Comenzaron la lectura, y era un diario bastante
normal, en apariencia, de un jardinero que estuvo allí en los años
70. Las entradas en ese diario eran muy cortas, y en ocasiones muy
graciosas, pero de repente, el 20 de Julio de 1980 la entrada fue más
larga y mostraba una preocupación, ya que los nuevos habitantes,
unos padres y sus cuatro hijos, se comportaban de un modo muy extraño,
como nunca lo habían hecho. La siguiente entrada se escribió el día
22 de Julio de 1980:
“22 de Julio de 1980: Hoy me he
despertado más temprano, para preparar el jardín antes de irme, y me
llamó mucho la atención que alguien había entrado y había cortado
6 rosas rojas que había plantadas. La tarde ha sido como siempre,
sin ninguna anécdota digna de contar. La noche esta resultando muy
rara, normalmente estaría escuchando a los niños correr, pero no se
escuchan, es como si no estuvieran, durante la cena, el dueño de la
casa vino a hablar conmigo, se encontraba muy alterado, como si
sintiese que algo iba a ocurrir. Seguro que no será nada, o que a
alguno de los niños le ha pasado al”
La entrada se cortaba hay, y Juanjo,
que estaba leyendo dejo caer el libro, dando un grito ahogado, Alex
cogió el libro, y vio con horror, que la historia se cortaba hay y
que sobre la página había una gran mancha de sangre. Todos pensaron
entonces que sería una broma de aquel anciano. Habían pasado ya las
doce de la noche, y continuaron mirando el libro, por si encontraban
algo más. Y comprobaron que el 27 de Julio de 1980 volvía a haber
una entrada, pero con un tipo de letra diferente, como si lo hubiese
escrito un niño, y pudieron leer, tras un rato de mirar esas
difíciles letras, una frase muy escalofriante: “Esta noche se ha
producido la última de las 6 muertes, una por noche......Diablo
Draconico”.
Tras leer esto decidieron irse a la
cama, ya que estaban muy asustados, y además se había hecho tarde.
Aquella noche durmieron incómodos, por lo que habían leído, pero
sabían que sería una broma, seguramente. Se despertaron pronto la
mañana del 22 de Julio, y se fueron de paseo, todos estaban ya
convencidos de que aquello fue una broma, y de hecho bromearon sobre
ello. Por la noche regresaron a la casa, se bañaron, prepararon la
hoguera e hicieron una barbacoa. Comieron y bebieron, y cerca de las
once y medía de la noche, Alex sintió necesidad de ir al baño. Se
levantó y fue, una hora después aún no había regresado, y todos
lo tomaron como una broma. Continuaron jugando a las cartas junto a
la hoguera, y a las dos de la mañana comenzaron a preocuparse,
porque no regresaba Alex. Salieron en su búsqueda, se dividieron, y
Ana se dirigió hacia donde estaban los baños, hoyo una rama moverse
entre los arboles cercanos, se acerco, y la iluminó con la linterna.
Se escuchó un grito de horror, y todos
corrieron hacia donde estaba Ana, la escena era muy desagradable,
Alex se encontraba muerto, colgado con una rama atravesándole la
garganta, y a sus pies había una muñeca de porcelana antigua.
Salieron entonces todos a correr, hacia una aldea cercana, pero
cuando llegaron a la puerta comprobaron que una fuerza invisible les
impedía acercarse a esa puerta.
Corrieron entonces junto a la hoguera,
e intentaron llamar por teléfono, pero no podían, así llego el día,
y se pusieron a comer, sin ganas, intentaron de nuevo salir, pero
continuaban sin poder salir. Decidieron separarse e intentar buscar
un atajo para salir. Ana fue hacia unos arbustos, por donde salia un
camino, empezó a caminar el camino, y se encontró allí con un niño,
que le dijo que les ayudaría, la guió de nuevo a la casa. No
encontraron a nadie, y Ana pensó que el resto estarían buscando
algún modo de salir. La guió a su habitación, y se señalo el
armario. Ana, como movida por una fuerza extraña, se acerco al
armario, cogió un cinturón, que era de Alex, se lo ató en el
cuello, y se colgó de la ventana.
Cuando regresaron el resto la
encontraron allí, colgada, y sujetando con sus manos había un
peluche de un perrito, que parecía sacado de la basura, desgastado
por el tiempo. Estaban muy asustados, y pronto llegó la noche, y de
nuevo realizaron una hoguera, y esta vez durmieron allí sin
separarse ni un momento ninguno de ellos. Apenas durmieron nada
aquella noche, y por la mañana tampoco se separaron. Por la tarde
intentaron dormir un poco, y así fue, todos se quedaron dormidos, y
así fue hasta que Juanjo se despertó, notando que alguien lo miraba.
Se incorporó y vio a un niño de apenas 6 años, que lo miraba, se
acercó para hablar con el niño, y cuando iba a abrir la boca para
hablar vio que el niño sacó unas tijeras, y se las clavó en el
corazón. Cuando el resto se despertó vio el cuerpo de Juanjo,
destrozado, con la lengua cortada, con sus ojos sacados, y el cuerpo
cortado, como si alguien hubiese estado jugando con aquel cuerpo a
cortarlo.
Marcos cogió y se las llevó de nuevo
al patio, mientras intentaba salir de aquel lugar, así les dio la
noche, y regresaron a la hoguera. Estaban todos destrozados, no
podían parar de llorar. Cayeron dormidos y a la mañana siguiente
los tres intentaron volver a salir de aquel lugar, pero no lo
consiguieron, estuvieron todo el día intentándolo, y por la noche
volvieron a la hoguera, donde se tumbaron a descansar.
Al día siguiente se despertaron Marcos
y Laura, pero no encontraron a Maria, la buscaron por distintos
sitios, los dos juntos. Entraron al baño y allí se la encontraron,
muerta, sobre la pila del lavabo, como si alguien hubiese cogido el
espejo, lo hubiese partido, y hubiese clavado esos fragmentos en el
cuerpo de María, haciendo que se desangrara, por lo que había un
gran charco de sangre.
Marcos y Laura pasaron el día
abrazados, junto a la hoguera, sin poder dejar de llorar. Continuaron
así por la noche, y por la mañana siguiente descansaron, y por fin
durmieron. Se despertaron por la tarde, cerca de anochecer, y ambos
se pusieron a comer, pero Laura no pudo terminar de comer, ya que se
terminó durmiendo. Se despertó a las doce menos diez, y se encontró
una horrorosa imagen, Marcos se encontraba atravesado por un palo, y
puesto sobre la hoguera, como si lo estuviesen cociendo. Ella no pudo
reaccionar, el shock ya fue demasiado grande.
En ese momento vio que detrás de la
hoguera había un niño, que se estaba acercando a ella. Laura no
podía moverse, aquel niño se acercó, la intento consolar y le dio
agua de beber. Pero a las doce de la noche, comenzó a sonar unas
campanas, no fueron doce, sino seis, y al finalizar esas campanadas
el niño la cogió de la mano, y le dijo:
“Esta noche se ha producido la última
de las 6 muertes, una por noche.”
Dicho esto, empujó a Laura a la
hoguera, y ella sintió como un palo le atravesaba el pecho, y lo
último que pudo ver, fue a aquel niño coger una rosa roja, y unirla
a un ramo, donde había cinco más.
"Diablo Draconico...."
Twitter: https://twitter.com/klaus_escritor
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