Luna miraba una y otra vez aquel sobre, se dio cuenta de que no estaba cerrado, y que podría leerlo, pero no se atrevía, pues no sabía lo que podía encontrar en el interior. Paso un buen rato mirando aquel sobre, y pensando en lo que podría haber escrito en su interior. Cuando quiso mirar el reloj ya era demasiado tarde, por lo que decidió dar un último repaso a su examen y acostarse. Tras acostarse estuvo dándole vueltas a aquel día, a como conoció a aquel chico, ella sentía como no podía apartar la cara de aquel chico de sus pensamientos. Su cabeza siguió pensando en William hasta que se quedó finalmente dormida.
A las nueve de la mañana del día siguiente William se despertó, y miró su móvil, aún no tenía ningún mensaje. Se levanto, se dirigió a la cocina, y se preparó un café. Mientras preparaba aquel café, William no dejaba de darle vueltas a todo lo que había ocurrido en tan poco tiempo, había perdido la oportunidad de poder actuar en aquel festival, aunque también había conocido a aquella chica. Estaba muy frustrado y triste, y necesitaba desahogarse, pensó en mandarle un mensaje a sus compañeros, pero no quería molestarles más con aquel tema. Finalmente se armó de valor, cogió su móvil, y decidió mandarle un mensaje a aquella chica que había conocido:
"Hola Luna! Espero que estés bien, porque sinceramente yo no estoy nada bien, y me gustaría hablar contigo, y si fuese posible querría verte."
Envió aquel mensaje, se puso un chándal, se puso los auriculares, y decidió salir a correr, para despejarse un poco, y quemar sus frustraciones. Cada poco tiempo miraba el móvil para ver si Klaus o Luna le mandaban algún mensaje, pero no recibía noticias de ninguno de ellos. De modo que continuó corriendo un par de horas, hasta que vio que eran las doce de la mañana y volvió a su piso, para asearse y prepararse para ir al conservatorio, aunque no tenía ningunas ganas. Entró a ducharse, y cuando salió ya había obtenido respuesta, tanto de Klaus como de Luna. Klaus le dijo que llegaría esa misma noche a la ciudad. Por su parte Luna le dijo que ella también quería verle, y le dijo que a las 5 de la tarde, podrían quedar, si él podía.
William tenía clase, pero aún así envió un mensaje a Juan y Laura para que lo cubrieran en la clase que tenía de 4 a 6, aunque les dijo que iría a las clases de después. Tras hablar con ellos, le envió un mensaje a Luna:
"Nos vemos a las 5 en la puerta de mi piso, y si quieres hablamos mientras voy al conservatorio"
A los pocos minutos le llegó la respuesta afirmativa de Luna. Aquello animó un poco a William, que se sentó en el sofá, abrió una bolsa de patatas, una cerveza, abrió la funda de su guitarra, cogió un papel, y se dispuso a componer. Aquella chica le había devuelto un poco de la ilusión que había perdido hacia ya tiempo. Estaba tan concentrado que el tiempo pasó volando, y cuando quiso darse cuenta eran las cinco de la tarde, de modo que salió corriendo, pues seguramente ella le estaría esperando ya. Bajó rápidamente las escaleras, y llego a la puerta exhausto, y justo cuando él abría la puerta llegó Luna.
Juntos se pusieron en camino a conservatorio, y mientras William le contó todo lo que había pasado la tarde anterior en el conservatorio, y como él había perdido. William le dijo que se negaba a ir ya a aquel festival, pues se sentiría humillado si lo hiciese. Luna intentó animarlo, y le dijo que debía ir, que al menos disfrutase de la música, aunque no pudiese actuar en el festival. llegaron a las seis de la tarde al conservatorio, y William, que estaba muchísimo más animado, se despidió de ella dándole un fuerte abrazó. Entró al conservatorio, donde lo esperaban Juan y Laura, y Luna se fue a casa de una compañera, con la que había quedado aquella tarde.
La tarde en el conservatorio se le hizo muy corta a William, quizás por el hecho de que había entrado dos horas tarde, y además aquella tarde estaba muy animado, y todo el mundo lo notaba, incluso sus profesores. Pasadas las siete y media de la tarde miró el móvil, y vio que tenía un mensaje de Klaus, indicándole que llegaría a las diez a la ciudad. William terminó las clases a las nueve, y se dirigió a todo correr a la estación, estaba tan emocionado, que no cayó en la cuenta de que había un autobús que iba desde el conservatorio a la estación de autobuses. Llegó a la estación cuando faltaban cinco minutos para que llegase el bus en el que venía Klaus. Le pareció que el tiempo volaba, y esos cinco minutos se le pasaron muy rápido.
Nada más bajarse del autobús, Klaus corrió hacia William, y le dio un fuerte abrazo, y pusieron camino al piso de William, no sin antes pararse en una tienda a comprar cerveza y y un poco de ramen .
Mientras todo esto ocurría, Luna llegó a su casa, tras una entretenida tarde con su amiga, y entró en su habitación, estaba cansada y confusa por ese abrazo que William le había dado. Vio el sobre de William sobre su mesa, y volvió a mirarlo, no podía aguantar más las ganas de saber lo que ponía, así que lo cogió, lo abrió, y comenzó a leer aquella carta. Sin duda era una emotiva carta, pero lo que más le impactó fue el final:
"Así termino, sabiendo que nadie leerá esto, que a nadie le interesa lo que aquí pone, ni lo que yo siento. Solamente pido que si alguien leyese esto y lo comprendiese, solo pido que me abrace, que me recuerde, que me quiera."
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