William se encontraba allí, sentado en su mesa del conservatorio, a la espera de que comenzara una importante reunión, en la que iban a comentarles algunas cosas sobre un festival que tendría lugar en poco tiempo.
William estaba solo, aislado del resto de sus compañeros, poniendo en orden sus pensamientos, al margen de los comentarios y risas de sus compañeros. William era un chico de origen inglés, alto, rubio y delgaducho. Su madre era española y su padre inglés, y tas la muerte de su madre, decidió venir a España a estudiar lo que más le apasionaba, música en un conservatorio. Llevaba ya un año viviendo en España, en un piso que su madre le dejó, vivía solo, pues su padre trabajaba en una multinacional y estaba en Londres.
Al poco de llegar a España comenzó a salir con una chica del conservatorio, siempre estaban juntos, e incluso ella dejó el piso que había alquilado, y se fue a vivir con él. Todo era genial, hasta que llegó el final del curso, y ella le dijo que quizás se iría a otra ciudad a seguir con sus estudios, pero que aún así no lo dejaría. No obstante un día de septiembre, cuando faltaba poco para iniciar el curso, William despertó y no había ningún rastro de su chica, salvo un pedazo de papel escrito, en el que la que había sido su chica se despidió de él. William estaba pensando en aquella chica y en el daño que le había hecho al abandonarlo.
De repente William regresó a aquella sala del conservatorio, ya hacia dos meses de aquello, pero aún se encontraba dolido, pero en ese momento se encontraba seguro de si mismo, pues en aquel festival de música del que les iban a actuar alguno de los grupos del cetro, y él estaba seguro de que sería el elegido. Seguía imaginándose aquel festival cuando llegó su profesor, se sentó en el borde de la mesa, y les indicó que se sentaran y se callaran.
Entonces les explicó todo lo relacionado con el festival, aunque la mayoría de las cosas ya las sabían. Todos estaban en silencio, muy atentos a las palabras de su profesor. Él les indicó que a aquel festival acudirían algunos de los más importantes grupos que estaban emergiendo en ese momento, y que todo alumno, o grupo de alumnos que quisieran presentarse debían apuntarse en una lista y después se realizarían unas audiciones, donde se elegiría al ganador que actuaría en ese festival, y a los demás participantes se les daría una entrada gratuita. Cuando termino de explicarle esto comenzó su clase, y al final de la misma, la mayoría se apuntaron en aquella lista.
William volvió a casa muy tranquilo y confiado, cuando terminó las clases. Estaba realmente convencido de sus capacidades y de que saldría elegido. Cada vez estaba más emocionado, pues aún no se había indicado que grupos acudirían, y se imaginaba cantando en el mismo escenario en el que lo haría su grupo favorito. William, a diferencia de la mayoría de sus compañeros amaba el rock, y se iba a presentar con una canción de rock. Llegó a su piso justo para la hora de cenar, soltó las cosas, desordenadas, en el salón, y se dirigió a la cocina a buscar algo que comer, pues venía hambriento a causa de la emoción. Abrió el frigorífico y vio que solo le quedaba un poco de queso y manzanas. Cogió una manzana y partió un poco de queso, que metió en un pedazo de pan que le había quedado a la hora de comer. Se sentó en el sofá y enchufó la televisión y puso la televisión, mientras contestaba a unos mensajes en su móvil. Decidió acostarse pronto y salir a comprar al día siguiente, temprano, pues quería ir pronto al conservatorio para ensayar la canción que quería tocar en la audición.
Salió a comprar a las nueve de la mañana, pensando que tardaría poco, pero se entretuvo bastante, puesto que no sabía que comprar. Cuando terminó eran cerca de las once de la mañana, así que se dispuso a regresar a casa muy rápido. Iba andando muy deprisa, casi corriendo, y tenía la mente ocupada en el festival. Pasó por un instituto, era la hora del recreo, y los alumnos que eran mayores de edad salían para comprar algo que comer, o simplemente salían para dar una vuelta, y como iba tan rápido y distraído se chocó con una chica, tirándole al suelo su archivador. Ambos se agacharon a coger el archivador, y entonces sus miradas se cruzaron.
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