jueves, 22 de enero de 2015

HILO ROJO

Es por todos conocida la vieja leyenda que habla del hilo rojo, pero esto que aquí os cuento es la prueba verdadera de que esta vieja leyenda es verdad:

Lucas iba corriendo hacia un pub llamado "Dubliners", cada vez corría más rápido pues allí le estaba esperando Andrea, la única chica para la que Lucas tenía ojos, y ella odiaba que él llegará tarde, aunque viniese de clase.

Desde que comenzó a salir con aquella chica la vida de Lucas había entrado en un mundo de decadencia y alcohol, y poco a poco se vio solo, sin más apoyo que Andrea, la única persona en la que él confiaba. Desde que vio a Andrea, una chica morena, adicta al rap y al alcohol, pero desde luego una de las más guapas chicas que él había conocido.  Era una chica con un carácter muy fuerte, además quería que siempre la trataran como a una princesa. En cambio ella trataba al resto como si se trataran de mierda, los humillaba y los pisoteaba sin preocuparle lo más mínimo lo que pensaran. Lucas, desde que comenzó a salir con ella, había sido la persona a la que peor trataba Andrea. Lucas, por su parte, era un chico alto, moreno, rockero, y una persona con grandes ideales y principios, pero se encontraba demasiado enamorado de Andrea como para atreverse a llevarle la contraria en nada.

Lucas llegó cinco minutos tarde, y cuando entro a aquel pub encontró a Andrea sentada en una mesa, mirando a la puerta con cara de enfado. Llevaban sin verse cinco días, porque ella no había estado en la ciudad. Él se acercó a la mesa, fue a besarla y ella le pegó un guantazo en la mejilla.

-Siempre llegas tarde.- dijo ella con mucha seriedad- No se si lo haces por que eres despistado, o si lo que intentas es dejarme en ridículo.
-Perdóname amor,- dijo Lucas abatido- pero el profesor nos tuvo más tiempo de la cuenta, y mientras llegué a casa y comí se me hizo tarde.
-Siempre estás con esa escusa, aunque te perdonaré.-Dijo mientras cambiaba su humor y se acercaba a él- Anda amor, acércate a la barra y pídele a Michael un par de vasos de Whisky.

Lucas se levantó y obedeció. Se acerco a la barra y pidió dos vasos de Whisky, sólo para su chica, y para él lo pidió con agua. Michael se los puso, y mientras los ponía dijo a Lucas que quería hablar con él. Lucas le dijo que en otra ocasión vendría y hablaría con él. Michael era el dueño de aquel pub, era irlandés, y casi siempre estaba en aquel pub, salvo los pequeños momentos en los que se iba y dejaba al mando a su prima Laura. Sirvió el Whisky y volvió a insistirle a Lucas que debía hablar con él, aunque Lucas volvió a rechazar esa conversación.

Llevó los vasos con el Whisky a la mesa y se sentó junto a Andrea, le dio un beso en la boca, y bebió un trabo de su vaso. Ella le preguntó por su semana, y él le indicó que había sido muy aburrida sin ella, que no había salido, que había estado en su piso estudiando en la más absoluta soledad. Después le preguntó a ella, pero la respuesta de Andrea fue muy borde:

-Ya te dije antes de irme lo que iba a hacer, parece que nunca me escuchas, Lucas.

Justo cuando ella estaba terminando la frase se abrió la puerta y entro Laura, la prima de Michael. Era una chica pelirroja, muy simpática, y al igual que Lucas, una verdadera adicta al rock. Al pasar por la mesa saludó, aunque no encontró la respuesta de ninguno de los dos, que una vez más estaban besándose. Llegó a la barra y Lucas observó como Laura y  Michael intercambiaban palabras en voz baja, en lo que parecía una conversación muy animada.

Cuando se terminaron lo que estaban bebiendo Andrea indicó a Lucas que se levantara y pidiese lo mismo, como siempre hacía. Lucas se acercó a la barra y pidió de nuevo a Michael, pero este le dijo que se iba a marchar ya, que le pidiese a Laura. Laura se acercó, lo saludó de nuevo, y preparó los vasos, y mientras lo servía intercambió unas breves palabras con Lucas.

Lucas llevó los vasos a la mesa, y al volver vio que su chica estaba enfadada, le dijo que se sentara, y obligó a Lucas a jurar que no volvería a hablar con ninguna chica que no fuese ella. El asintió diciéndole:

-Teniéndote a ti no se porque iba a necesitar hablar con cualquier otra chica.

No terminó de decir estás palabras cuando sonó el móvil de Andrea, ella se levantó y le dijo a Lucas que iba al cuarto de baño a hablar, que tardaría un poco porque era una llamada que llevaba esperando desde hacía tiempo, y era sobre una oferta de trabajo. Andrea se fue al cuarto de baño y Lucas se quedó allí sentado, como si su voluntad hubiese sido anulada.

-Te está engañando Lucas.- Dijo Laura entonces.
-No creo que ella me engañe, -dijo Lucas muy confiado en sus palabras- ella me ama y yo a ella.
-Te lo juro chico,- dijo Laura sacando el móvil mientras se acercaba a la mesa de Lucas- estos cinco días ha estado aquí con otro chico.
-No te creo, lo único que intentas es separarnos.- Dijo Lucas muy enfadado.
-Mira entonces y juzga por tí mismo.-Le respondió ella mientras  le enseñaba el móvil.

Él miró el móvil y aquello que vio no le agradó en absoluto. En las imágenes del móvil de Laura se veía a Andrea en aquel sitio, besándose con un chico de aspecto rapero. Aquellas imágenes dejaron a Lucas en un estado de Schock completo, no sabía como reaccionar, no sabía que decir, solamente podía mirar una y otra vez aquella foto. Cuando se abrió la puerta del cuarto de baño Laura retiró su móvil, y se fue tras la barra. Andrea llegó a la mesa y encontrando a Lucas pálido preguntó:

-¿Qué te pasa ahora?¿Te ha sentado mal el Whisky?.
-MIRA NIÑA, A TOMAR POR CULO.- Le gritó Lucas en un arranqué de irá
-A mi no me hablas así Lucas- dijo Andrea- como lo vuelvas a hacer te dejo de inmediato.
-No me vas a dejar-dijo Lucas sentándose- te dejó yo.
-No entiendo porque me dejas, no tienes motivos, yo soy toda tu vida.- Dijo ella, cada vez más furiosa.
-Te dejo porque aún quedan personas decentes, personas que me dicen la verdad, personas que me han enseñado que estos cinco días no has estado haciendo otra cosa más que engañarme.

Andrea no supo como reaccionar, la habían pillado, y no sabía que decir para continuar aquella conversación. Como nunca le había importado aquel chico se levantó, se dirigió a la puerta y se despidió de Lucas con un frío "Hasta siempre". Tras ese momento de gran tensión Lucas se dejó caer en la silla.  Laura se acercó a él, y le preguntó si quería algo. La respuesta de Lucas dejó a Laura parada:

-Tráeme un Whisky con veneno, tráeme el veneno que termine con este dolor.- Decía mientras unas lagrimas caían de sus ojos.

Laura se giró, fue hacia la barra cogió dos vasos, y puso en ellos Whisky y dos hielos, los dejó en la mesa en la que estaba Lucas, cerró con llave la puerta del pub, y sentándose junto a él preguntó:

-¿Puedo acompañarte para beber ese Whisky con veneno?

Lucas asintió con la cabeza, Laura estaba consolándolo pero su mente no se encontraba allí, se encontraba en el día antes de conocer a Andrea, estaba recordando todos sus principios, todos sus sentimientos. Levantó la cabeza y vio a aquella chica, que no había permitido que le ocultaran la verdad. La miró a los ojos. Le cogió las manos. La besó.

Lo que Lucas no podía imaginarse es que Laura estaba enamorada de él desde el primer día que entró a aquel pub acompañado de Andrea. Laura sintió que se iba de la vida, tanto tiempo viendo como aquel chico besaba a alguien que lo odiaba, y ahora la besaba a ella.

Después de aquel besó Laura le confesó a Lucas todo lo que sentía y aquella noche firmaron su amor con un beso y una promesa bajo la luz de la luna, aquella eterna compañera de ambos. Desde entonces Laura y Lucas se convirtieron en los más apasionados amantes, en la más romántica pareja, en los mejores compañeros de barra.

Pese a todo habrá algo que Laura y Lucas aprendieron, y que todos deberíamos aprender, y es que: Existe un hilo rojo que une a dos personas, que están destinadas a amarse. Ese hilo puede estirarse, puede hacerse un nudo, pero jamás se podrá romper.

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