sábado, 8 de agosto de 2015

Rose Tattoo





John comenzó a besar a aquella chica, que minutos antes había conocido en un bullicioso bar, mientras ella comenzó a deshacerse de su ropa. Los besos aumentaron de intensidad y pronto se alternaron con sensuales caricias, que provocaban espasmos de placer en aquella chica, algo que era aumentado gracias a aquella música que sonaba de fondo. Sin darse cuenta ya se encontraban al borde de la cama de John, en la que se tumbaron, sin parar sus juegos sexuales, que cada vez subían de ritmo, provocando un gran placer a ambos. Los besos y caricias pronto dieron paso a duras, aunque dulces, sacudidas, que provocaron el desenfreno más absoluto, el placer más carnal se estaba viendo saciado.

Y fue entonces, en el momento en el que las embestidas de John provocaron que aquellos dos cuerpos se fusionasen, cuando aquella chica detuvo su mirada en el pecho, donde vio un tatuaje de una rosa negra, justo en el lugar donde se encontraría el corazón. Aquel momento de pasión continuó durante buena parte de la noche, y justo cuando el alba rozó sus cuerpos, cayeron en aquel colchón, agotados a causa de aquella frenética actividad. John encendió un cigarrillo mientras aquella chica acomodaba su cabeza contra su pecho, sus mirada se cruzaron y ella comprobó la frialdad que desprendían los ojos de su amante, lo que contrastaba muchísimo con lo que vio la noche anterior, y en un arrebato de valentía le dijo:

- Que bonito tatuaje, aunque es un sitio muy raro para tenerlo. ¿Significa algo para ti?

- Ese tatuaje no puede ocupar un lugar mejor en mi cuerpo, -Dijo fríamente él. -  además lo significa todo para mi.

-Oh, ¿Y cómo es que no puede ocupar un lugar mejor en tu cuerpo?- Continuó interrogándole

- Porque ese tatuaje es lo único que me queda del único amor que he tenido en mi vida.

- ¿Y que fue de ella? ¿Lo dejasteis?

- ¿En serio quieres escuchar esa historia?- Dijo él, con voz fría, aunque disimulada con una media sonrisa.

- Si, me interesa saber lo que esconde esa rosa.

-Está bien, te lo contaré.- Dijo con voz quebrada, mientras liaba de nuevo un cigarrillo y lo encendía.- La historia que voy a contarte sucedió hace algo más de 5 meses, me encontraba trabajando en un bar cuando se me acercó una chica pelirroja, no muy alta, simpática y muy hermosa. Me pidió una copa, y mientras la bebía comenzamos a hablar, pues había venido sola, conectamos bastante bien, por  lo que decidió esperar a que terminase de trabajar para ir a tomar algo. Cuando por fin terminé el turno era muy tarde, por lo que decidí invitarla a casa y antes de ponernos en marcha hasta aquí compramos algo de beber, para acompañar a nuestros labios, el camino se hizo muy corto, y ella estuvo todo el rato agarrada a mi brazo. Cuando llegamos soltamos las bebidas y antes de poder echarnos la primera copa, la pasión y la lujuria se apoderaron de nosotros. Estuvimos en la cama casi dos días, y aún así la pasión no se apagó. - Paró un momento en este punto, dio una larga calada a su cigarro y dio un trago a una botella de Whiskey que había cerca.- Al tercer día ella se despertó y me dijo que debía ir al trabajo, pero que vendría casa cuando terminase, se vistió y se fue, me despedí de ella con un largo beso. Yo fui a comprar y después salí a correr, pero cuando llevaba un rato corriendo sonó mi móvil, era su número, lo cogí y escuche la voz de un hombre decirme que Rose había muerto, y que yo era la última persona a la que había llamado.- Su voz se había quebrado por completo e incluso una lágrima salió de su ojo. - Un camión la había arrollado mientras cruzaba un paso de peatones, un camión me quitó el único amor de mi vida, por eso llevo ese tatuaje en el corazón, el lugar que le corresponde a Rose.

Ella abrazó con fuerza a John, y después le susurró al oído:

- Déjame que te ayude a olvidarla,  permíteme escribir mi nombre en esa rosa que llevas en el pecho.
- No tienes derecho a decir eso, nadie podrá ocupar jamás el lugar que ella dejó, ella es mi único amor, y será mi único amor, un amor que será tan eterno como fugaz fue.

Mientras decía eso empujó a aquella chica hacia atrás, no quería ni imaginarse que podría olvidar a Rose, no quería hacerlo, y aquel dolor que tan enraizado tenía, en su corazón, lo había convertido en un rompecorazones, que solo pretendía distraerse, intentar olvidar a Rose sin olvidarla. Finalmente aquella chica se fue de allí, dando un fuerte portazo, mientras John notaba como su corazón  se partía un poco más, y dando de nuevo un largo trago a aquella botella se tumbó en la cama, llorando, recordando a aquella rosa que tan pronto se marchitó, recordando un amor que pese a haber sido muy breve sería eterno en su corazón.

Y así es como pasará el resto de su vida, buscando consuelo y resguardo en los brazos y labios de otras chicas, hasta que por fin consiga su gran anhelo, reencontrarse con esa rosa en el lugar donde el tiempo nunca pasa, la muerte.